viernes, 28 de agosto de 2009

Obviando cosas obvias

Click en la imagen para ver claramente.
Caso 1:
-Estoy temblando... Mira-
Ella toma la mano de él y la acerca a su rostro, tan suave y delicado. Él, con temor siente su cuerpo tiritar del frío, la mira directo a los ojos. Ella sigue temblando y suspira como tratando de expulsar el frío de su cuerpo. El aire que dejan escapar sus brillantes labios golpea delicadamente la piel del cuello del chico.
Ella, sonríe y retira la mano del chico. Él piensa "Dios... ¿Qué debo hacer para gustarle?"

Caso 2:

-Te ves tenso... ¿Masajitos?- Ella, sonriente se coloca de rodillas a la altura de la espalda del chico, sus manos recorren su espalda dándole un masaje. Él (Seamos sinceros: A punto de sufrir la misma enfermedad que David Duchovny) piensa "¿Qué debo hacer para gustarle?".

He andando haciéndolas de Doctora Corazón con algunas alumnas y eso me tiene con menos ganas de tener hijos que antes.

Ahora bien entre todos los "Miss ¿Cómo hago para que le guste?" llegó a mi la conclusión.
No tienes que hacer nada para gustarle, nada de esfuerzos sobre humanos... simple, algo sutil funciona bastante bien acorde a mi sondeo y encuesta avalada por mi celular lleno de sms que dicen "¿Si quiero que se fije?... Fácil la del "Me duele la espalda... ¿Me haces masajitos?" Nunca falla".


Y como yo, le hago caso a la cultura popular, ¿Quién más que las mujeres para asegurarnos que no hay nada de que asegurarnos? Ahora claro! De allí a que esto del "Masajeame acá, acompañame allá y pagame la entrada aquí" vaya algo serio... no podría lanzarme a asegurarlo, total ¿Quién nos entiende?


Besos.

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