sábado, 7 de marzo de 2009

Mis convicciones

¿Es malo hacer cosas que antes considerabas estaban mal?

¿Es serle infiel a tus convicciones el hacer cosas de las que antes de burlabas?


Algo de lo que siempre he renegado es de las copias, los plagios e incluso las "inspiraciones", siempre que escuchaba a alguien decir "Yo me inspiré de esto para hacer esto otro" lo que yo entendía era "Me copié de esto".

Hace un par de meses, por misterios de la vida empecé a escribir una serie de relatos cortos acerca de la relación de una joven con un vampiro, pero este vampiro no era creación mía, este vampiro ya existía en el mundo literario pues es creación de un amigo, este vampiro tiene nombre: Christian Blai
ne y hasta he sido cercana observadora de su evolución en el papel (o microsoft word) y renagaba de inspirarme en alguien más para escribir los relatos.

Así que decidí dejarlo como un secreto y que los relatos no pasaron de ser líneas sin mayor relevancia que escrbía directamente en el facebook.


Pensaba que mi amigo; creador de Blaine, había ya leído los relatos y no había notado la relación entre mis relatos y su historia.

Por cierto su historia se perfila como una novela de 804 páginas, lo mío es una serie de relatos de una hoja de duración cada uno, imaginen lo mal que me siento al hacer comparaciones.

Bien, estaba equivocada al suponer que mi amigo había leído los relatos, pues esta tarde llegó y me dijo que recién hoy los había leído de golpe.

Algo nerviosa le dije "Ah si?" y el me dijo "Y estuve esperando el momento en el que sale Cassiano", Cassiano es otro vampiro de su creación, a quien incluí en mis relatos, nisiquiera escribí mucho sobre él, fueron tan sólo 2 frases que él dice ¡2 frases! y él reconocío a SU vampiro en 2 frases! ¡2 frases que pudieron ser de cualquier otro vampiro existente! ¡Lestat, Angel, Spike, El Conde Pátula!.

Me avergonzó, no me gusta aceptar que estoy equivocada y no me gusta aceptar que alguién ha logrado influenciarme pues lo considero algo muy especial, que alguien te influya es algo que para mí significa mucho y no quería aceptarlo.


En fin, ¿Está mal lo que hice?
No lo sé, me da bastante rabia el que haya descubierto que me basaba en su novela para mis relatos, es como cuando de niños nos descubren haciendo una travesura que tu esperabas nunca se descubra.

Pero, saben, me gustó mucho algo que dijo mi amigo y fue que "he mejorado al escribir", cosa que no creo, pero agradezco e incluso me inyecta unas ganas de escribir descomunales.

En fin, sólo por esa verguenza o molestia mezcladas, decidí seguir escribiendo los relatos de Facebook y ubicarlos al lado derecho de su pantalla (o izquierdo).

Sigo preguntándome si hice bien o hice mal.


Y sigo negando lo de las influencias, soy orgullosa, soy terca, no es fácil aceptar que alguien influencia en ti, así que dejémoslo en que... es un homenaje.


Besos.
Adiós.
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- "Eres bastante amable"
- "No lo soy, pero gracias :)"
- "Además eres honesta"

viernes, 6 de marzo de 2009

Cambios

Abrí la ventana de par en par, ¿Habría sido mi imaginación?.
Esperaba ver su espectral presencia en el jardín, caminando hacía mi puerta con las manos en los bolsillos de la gabardina negra con esa elegancia que tanto me gustaba.
Esta noche no era así, el jardín estaba vacío, no estaba su melódica voz para calmar mis temores, ni sus impenetrables pensamientos para deslumbrarme, lo único que me quedaba de él era un par de heridas cicatrizando en mis muñecas y un silencio vacío.
Cerré la ventana, la cortina se movía como invocando su presencia.
Lo había visto partir noches atrás y nuestra despedida fue la voz de mi cobardía diciéndole que no quería hablar de eso, podía sentir en mi pecho a mi corazón preguntándose si lo había perdido.
Traté de recordar cada encuentro nocturno, cada conversación, cada palabra; tenía la leve esperanza de que mis pensamientos cruzaran la penumbra de la madrugada y llegarán a dónde él se encontraba y viniera de regreso a mí.
Retrocedí unos pasos y me senté en el borde de la cama, me sentía agitada, podía sentir su presencia en mi habitación a pesar de saber que él no estaba allí.
Sólo quería esperar el amanecer, de ese modo él tendría una excusa para no estar allí.
No recuerdo cuanto tiempo estuve observando la ventana, ni cuántos minutos me hundí en un trance profundo esperando recordar más sobre él.
-"Pobre niña... ¿Ha perdido su vampiro?"-
Una figura desconocida estaba apoyada bajo el dintel de la puerta, su voz llegó a mi como un redoble de tambores, había algo oscuro en su voz, tenía cierto aire despreocupado y desaliñado, sus ojos se veían rojos desde donde yo estaba, él me sonrió y se acercó a mi cama.
-"¿Qué haremos para que la pobre niña encuentre a su vampiro perdido?"-
Tomó mi mano, entrelazò mis dedos con los suyos y la besó delicadamente, sonriendo.
No conocía su voz, ni su sonrisa, ni su piel, ni su aroma.
Pero, por Dios, como quería conocerlo.

Desde aquella noche, sentí que muchas cosas cambiarían.

Comprensiòn

-"No entiendo..."-

Sentía su mirada, me miraba extrañado, como si estuviera hablando en otro idioma.
-"Es que... es difícil, no podría...explicártelo"-
Crucé los brazos, trataba de evitar la conversación, pero podía sentir su mirada clavada en mi nuca.
-"¿A qué te refieres?"-
Él seguía de pie al lado de la ventana, no alcanzaba a ver sus gestos en la oscuridad de la noche pero sabía que su rostro reflejaba sorpresa.
-"Nada, no quiero hablar de eso..."-
Le respondí.
-"Está bien..."-
Dijo él.
-"Espera, ¿Es esta una de esas ocasiones en las que al decir "no quiero hablar de eso" significa que debo seguir insistiendo en llevar a cabo una conversación acerca de este tema para que así puedas sentirte más tranquila?"-
Mis ojos se llenaron de lágrimas al escucharlo, me volteé a verlo, seguía de pie al lado de la ventana, ahora alumbrado por la tenue luz de la luna que se colaba entre las cortinas.
-"No, esta vez no; sólo... no quiero hablar de eso ahora"-
Le respondí.
-"Bien..."-
Me dijo, volví a darle la espalda, sentí un suspiro y un par de pasos.
Cuando volví a voltar, alcance a ver como saltaba por mi ventana entre las cortinas para perderse una vez más entre la noche.

Desde aquella noche, abro la ventana antes de dormir.

Sueño

Me desperté empapada en sudor, la bata blanca y sucia que llevaba puesta estaba pegada a mi piel.
-"¿Que pasó?"-
Había bajado el periódico dejando ver sólo su frente y sus ojos descubiertos pues llevaba los anteojos en la punta de la nariz. Su rostro no mostraba preocupación o sobresalto alguno.
-"Tuve... una pesadilla"-
Suspiró y agitó el periodico para facilitar el doblarlo, colocó el periodico bajo su brazo izquierdo y se acercó a mi cama, donde yo estaba sentada con los brazos tensos apoyados en las sábanas.
-"No tienes fiebre, ¿Qué soñaste?"-
Sentía los labios muy secos, sentía burbujas en el cerebro.
-"No lo recuerdo bien... estaba encerrada, un vampiro... todo era borroso"-
Deja el periódico en la silla que había estado ocupando y pasa su fría mano por mi cabeza, acarciando mi cabello como calmándome y transmitiendome seguridad, suspiro en un intento de dejar salir todo aquello que me atormentaba.
-"Fue sólo un sueño ¿Si? ... Vuelve a dormir"-
Su rostro no mostraba gesto alguno, su casi inerte expresión era suficiente para mi, me calmaba y me invitaba a quedarme dormida.
Le sonreí y volví a recostarme, él recogió el periódico del asiento y se sentó, hizo un leve sonido al sentarse, sonido que provocó un eco fantasmal en toda la habitación.
Lo observé, seguía sin mostrar preocupación alguna, después de todo; por las madrugadas es muy difícil que alguien en el sanatorio mental le preste atención a un ruido proveniente de mi habitación.

Desde esa noche, alguien toca mi puerta cada noche para preguntar si estoy bien.

Temor

-"¿Ves algo?"-

Durante la madrugada sus ojos adquiirían un resplandor extraño.

-"No, ya te dje, no hay nada allá afuera"-

Me responidó con ese tono caracterísco de quien se cansa de oir la misma pregunta varias veces.

-"Estoy segura... algo se estaba moviendo entre los árboles"-

Resopló, el aire exhalado hizo que un par de delgados mechones de cabello que adornaban su rostro se agitaran.
-"No hay nada afuera, entiéndelo"-
Su pálido rostro enmarcaba su elegante mirada que intentaba calmar mi temor.
Yo no era cobarde. sólo había escuchado algo moverse entre los árboles del parque y a estas horas de la madrugada ninguna persona normal se atrevería a dar un paseo, me preocupada y me ponía nerviosa la idea de alguien merodeando por allí.
-"Está bien"-
Dije suspirando aceptando sus explicaciones.
Él, limpiaba sus labios con un pañuelo blanco de tela para luego tomar mi muñeca y sostenerla con ambas manos; volvió a hundir sus blancos colmillos en los dos pequeños orificios previamente hechos en mi piel y continuó alimentándose.

Desde ese día estoy atenta ante cualquier ruido extraño.

Pregunta

-"¿Tienes hijos?"-

Me preguntó, dando a notar nuevamente esa poca reconfortante costumbre de no voltear a mirarme cuando me hablaba.

-"No!"-

Le dije sobresaltada, me extrañaba su pregunta; aunque ambos aparentábamos tener la misma edad yo apenas terminaba los 19 años.

-"No te exaltes, desde que te conocí me pareciste bastante maternal"-

Estaba de pie frente a la ventana con las piernas ligeramente separadas y los brazos medio metidos en los bolsillos, repentinamente saca una mano del bolsillo y la lleva hasta su rostro para rozar su nariz con solo la punta de sus dedos.

-"Gracias... creo"-

Parpadeé mucho al responder. Él, seguía inmovil, como concentrado en sus pensamientos.

-"No creo que sea un cumplido... es sólo una característica"-

Me sentí tonta, quise justificarme pero siguió hablando.

-"Pero... Te gustaría tener hijos... ¿algún día?"-

Pude sentir como su voz cambiaba, se suavizaba. Sin ponerme de pie le respondí delicadamente, como si voz se hubiera inundado de ternura.

-"Si, me gustaría... algún día"-

A través de la ventana, se podía ver como una mujer cruzaba la calle en dirección a su casa.Llevaba un cochecito en el que un niño envuelto en pequeñas mantas celestes dormía plácidamente, sin reparar en la penumbra que inundaba el parque a esa hora.

-"Si... a mi también me gustaría"-

Dijo susurrando.

Desde ese día reparo más en los niños que veo.

Fin de semana


Hay algo en su fotografía que me encanta.

Por eso, cada cierto tiempo me doy un paseo por su weblog a ver cosas nuevas que sube o escribe.
Hoy, paseaba por su weblog cuando una foto atrajo mi mirada; por varios segundos la observé tratando de averiguar que era lo que tanto me gusta de esta fotografía, sigo sin saberlo, pero me gusta.


Me contó Ivo (el fotografo que la tomó) que la tomó cerca al Congreso.

Me gusta su nombre, "Ivo".

El lunes comienzan las clases en el colegio, 4to de Secundaria debe ser más fácil de manejar este año, incluso he adornado el aula del modo más tierno y sobrio que he podido, me he esmerado y me gusta.

Esperemos que todo vaya bien.

Besos.

Adiós.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Insomnio

Tengo sueño, no puedo trabajar.
Pero sigo feliz.
Nadie me va a quitar esa sonrisa del rostro al menos hasta el Lunes.

Mi única distracción en la semana ha sido mi chachareo con Javi vía messenger acerca de aspectos relevantes de la vida y mi ataque de risa de 73 minutos vía teléfono al oir a Micky Bane decir "¿Qué soy yo? ¿tu payaso? ¿tu chilpayate?", una risa con dolor abdominal incluído que me alegrò toda la tarde (gracias), luego Micky me explicó que chilpayate significa "niño", ¿Quién lo diría?... de todos modos.... no sé porqué me da tanta risa esa palabra.

Ahora, en mi décimo 8avo bostezo... extraño mi insomnio.
Necesito insomnio, devuelvanme mi insomnio!
Alguien comparta su insomnio conmigo!

(Si, esta entrada se convertirá luego en algo con más sentido)

Besos.
Adiós.
En serio es tan decepcionante?

Sueño.

Debía entrar sólo a comprar algo, sólo a ver un par de cosas e irme.
Pasé por un estante de libros y lo vi.
Sentía que me miraba con inexistentes ojos dorados, era el libro de un amigo, con las letras del título en el lomo del libro, tapa oscura sin dibujo alguno, cubierta dura como tanto él quería.
Estaba entre un libro de Vargas Llosa y Fernando Ampuero.
No podía creer que ese fuera el libro, tenía 804 hojas, 4 más de las que él quería.
No había foto o biografía de él por ningún lado, sólo una firma al finalizar el libro, la misma dedicatoria que años antes había leído.

Reconocí la historia casi de inmediato al leer la primera línea, pasé las hojas sin dejar de sonrer y encontré 4 hermosos grabados de los personajes, me enamoré instataneamente de ellos.

Seguía sin creer que aquel fuera el libro que había visto en archivos de word, podía escucharlo diciendo que jamás terminaría de escribir y que nunca lo publicaría.
Sonreí, tomé el libro y pagué por él.
Salí de la tienda y me perdí entre la gente, cada cierto tiempo introducía mi mano en la cartera para palpar el libro y asegurarme de que no estaba soñando.

Besos.
Adiós.

Cómo le dices a alguien que te deje de hablar sin que se moleste? Simplemente es una persona a la que ya no aguanto escuchar hablar.

martes, 3 de marzo de 2009

- Retrocede -

Debi subirlo ayer pero me olvidé:

Soñé con el libro de un amigo, nisiquiera con mi amigo sino con el libro que actualmente está escribiendo y que cuando termine publicará. Sueño bastante tranquilo, ese tipo de sueños me causan curiosidad y algo de miedo porque normalmente mis sueños son raros...

Siendo las 08:02 am estoy a punto de salir a trabajar, la 1ra semana entramos a las 9am, así que en el micro tengo que ir transformándome en esa linda profesora que tengo que ser de 7am a 3pm.

Cuando leyeron la lista de tutoras de secundaria pasó algo así:
-Por último, la tutora de 4to de secundaria será... Juanita-
Sólo pude responder:
-¿Juanita?-

Después de una lluvia de risas, reaccioné, soy tutora de un salón de niñas de 4to secundaria ¿Tienen idea de lo que le hacía yo a mis tutores en 4to de secundaria? Preguntaba estupideces cuando hablabamos de sexualidad y hacía a mi tutor buscarme por horas en el colegio cuando y estaba en el salón, presiento que voy a pagar todo lo que he hecho.

Besos.
Adiós



Época


Hubo una época en la que una mujer podía gritar sus sentimientos sin sentirse culpable, época en la que podíamos correr sabiendo que amabamos o odiabamos a alguien y no teníamos miedo alguno de expresar lo que nuestros frágiles cuerpos sentían.
Desde esa gloriosa época, recuperé un fragmento de tiempo que llega como poema:

Amor Real

No puedo mentir.
No puedo mirarte a los ojos y decir que mi amor es eterno.
No puedo prometer romance Shakespearesco y sin final.
No puedo jurar arrodillada sobre rosales que tu piel es único huésped en mis nocturnos deseos.


No puedo sostener aros mientras balancea mi sollozante melen
a promesas incompletas de amores pasados.


Hemos sobrevivido a la furia de los incandescentes amaneceres, a la calma de las tormentas y a la profundidad de aquello que muchos consideran superficial.

¿Nos imaginas siendo felices para siempre?
¿Estamos hechos para ser felices en nuestro castillo sub-urbano construido sobre laureles?

Quizás amor mío, fuimos hechos sólo para sufrir, somos una fugaz prueba de cupido, somos una gota de ambrosía que resbaló del cuenco de los Dioses, aquel del que beben cuando desean amar, burlándose de la impotencia de los mortales.

No estamos hechos para ser e
ternos.

No fuimos hechos el uno para el otro.

No somos almas gemelas.

N
o fuimos hechos para ser felices.


Fuimos hechas para noches como esta.


Esta humeante y escasa noche de hotel.



Estoy cansada, estoy feliz pero insatisfecha, si tan sólo pudiera ...

Adiós.