sábado, 28 de marzo de 2009

Segunda conversación nocturna (2da Parte)



2da Parte de mi 2do encuentro con aquel vampiro del que ustedes ya deben saber un poco más:


Juana Olazábal:
No, espere, antes, tengo que pedirle disculpas por algo.
Hace poco escribí una serie de relatos ficticios acerca de usted, Miguel Ángel ha tenido la oportunidad de leerlos, ¿Le ha comentado algo acerca de eso?


Recordé, que desde nuestro último encuentro había estado escribiendo una serie de relatos ficticios sobre unos supuestos encuentros de Blaine con una joven; en un principio no pensaba publicarlos pero se hicieron tantos que decidí hacerlo.


Rodrigo Christian Blaine de Quijandría:

No ha realizado comentario alguno al respecto. No me molesta, siempre y cuando, mi nombre, no sea mostrado. Espero que se sepa de mí con nombre propio el día que mi vida sea publicada.
No antes.

Era cierto, aún no había publicado sus memorias, obviamente nadie sabía de quién se trataba, dudo que alguien más allá de Miguel Ángel y yo supiera de su existencia hasta que su servidora tuvo la genial idea de prostituir su encuentro con él.

Juana Olazábal:
No hay problema, no utilizo su nombre, ni siquiera el mío, también incluyo a su amigo, Cassiano en el relato, sin usar su nombre, claro.

Debía tener cuidado, no podía utilizar su nombre en ninguno de los relatos, al menos no hasta que sus memorias fueran publicadas dando a conocer al mundo literario la existencia del vampiro Blaine.

Rodrigo Christian Blaine de Quijandría:
No tengo el conocimiento sobre si a Cassiano le disgustaría ver su nombre publicado en una obra que no haya sido editada por Miguel Ángel. Asumo que no, pero también creo que no debería hacerlo. Él es impredecible y no sé como pueda proceder. Es adecuado que lo haga, si así desea, pero siempre y cuando no mencione nuestros nombres. Aunque hablo por mí, me permito hacerle dicha recomendación.

Conocía a Casiano, yo quería saber más sobre él, su amigo durante tantos años ¿Sería prudente preguntarle?, Decidí controlar mi curiosidad y no preguntar más sobre Cassiano a menos que él toque el tema nuevamente.

Juana Olazábal:
No hay problema, no mencionaré su nombre o el de Cassiano.
Miguel Ángel publicó hace poco un relato acerca de la vez que conoció a Jim Morrison, el cantante de The Doors, tuve oportunidad de leerlo hoy.

Vivir durante 260 debería tener como uno de sus mejores aspectos la posibilidad de haber conocido gente interesante y famosa, en el caso de Blaine, había sido con un icono como Jim Morrison, uno de los pocos humanos que un vampiro podría hallar interesante. ¿Por qué?

Rodrigo Christian Blaine de Quijandría:
¿Alguna pregunta al respecto?

Juana Olazábal:
¿Por qué Jim le pareció tan cautivante? según lo que he leído tuvo usted una fijación con él, por como era, el modo en el que vivía y pensaba ¿por qué?

En ese momento, un pensamiento estúpido cruzó mi mente. De saber qué había hallado Blaine que fuera tan interesante en la personalidad de Morrison, podría hacer yo lo mismo de modo que Blaine se acercaría a mí y podría saber más de él, me reí en mi sitio, burlándome de mi.

Rodrigo Christian Blaine de Quijandría:
En aquel momento, para mí, Jim era todo lo que un humano, sin llegar a ser vampiro, podía ser; es decir, Era el mortal más parecido a uno de nosotros que hasta ese momento pude conocer.
Digamos que...
... envidiaba su humanidad desnuda, sin tapujos, sin hipocresías. Llegué a pensar que podría ser el compañero perfecto, con todo ese poder tan humanamente sobrecogedor. Con ese vigor en su actuar, en su manera de ser.

¿Sería cierto? Tanto le había impresionado Jim a Blaine que llegó a considerar en convertirlo en su compañero eternamente, imagínense: Jim Morrison, el Dios del Sexo y Rock & Roll siendo un ser inmortal que se alimenta de sangre humana, hubiera sido increíble, conocido mundialmente, sería hoy una leyenda, pero… ¿Qué ocurrió?

Juana Olazábal:
¿Y porqué no lo convirtió? , no sé si está bien utilizada la palabra.

Mi curiosidad fue tanta que no noté que había utilizado la palabra “Convertir”, no sabía como referirme a ese ritual en el que el vampiro se alimentaba del ser humano elegido hasta dejarlo casi muerto, luego, cuando se encontraba en ese umbral que separaba la vida de la muerte el vampiro se cortaba la piel dejando salir un hilo de sangre del cual el humano elegido bebía para luego esperar pacientemente su paso a la siguiente etapa de su vida: Ser un Vampiro.

Rodrigo Christian Blaine de Quijandría:
No le otorgué el don, porque siempre se rehusó al cambio. Lo intenté en un par de veces y casi lo mato. Tuvo que ser socorrido y trasladado a un hospital. La última vez la frustración logró que tomara su vida. Fue un acto que hoy me avergüenza, pues fue producto de la casualidad.
Lamentablemente, debo decir, que su pérdida se debe a mí. Llegamos a ser tan cercanos que hasta hoy me duele recordar su partida tan accidentalmente triste.
Y cuando escucho su voz, con esta maravilla tecnológica, me siento más cerca de él.
... Lo echo de menos.

Sentí una punzada atravesándome el corazón, el relato que había leído contaba ligeramente su relación con Morrison, pero nunca imaginé que llegarán a ser cercanos amigos.
La muerte de Jim Morrison; llorada por millones de personas, había sido provocada por el descuido de un vampiro en un momento de frustración. Recordé todas las veces que había oído sobre los ingresos de Morrison a Hospitales y salas de Emergencia y detrás de todos estos momentos sólo veía a Blaine con el cuerpo inerte de Morrison entre sus brazos, bebiendo con enfermizo placer su sangre como si se tratara del licor más caro y exquisito del mundo.

Juana Olazábal:
Increíble, no pensé que un mortal podría llegar a fascinarlo de ese modo.
¿Ha conocido a otros personajes famosos en su vida? o bueno en su existencia.

Rodrigo Christian Blaine de Quijandría:
No fue el único que me cautivó. Existieron seres humanos que también han logrado conmoverme de una manera casi perturbadora. Nunca más intenté hacer lo que hice con Jim.
Sobre otros personajes, a los que ustedes llaman "famosos", se sabrá en mis memorias.
Perdonará usted mi discreción al respecto.

Juana Olazábal:
OK, entiendo, a veces olvido que está escribiendo sus memorias y espero que me cuente más sobre eso, pero no se preocupe.

- Sus memorias – Dije en voz alta tocando mis labios con la punta de los dedos de mi mano derecha. Hace un tiempo que no leo algo nuevo de ellas, debía preguntar.

Juana Olazábal:
Por cierto, hace un mes aproximadamente que no leo nada de sus memorias. ¿Ha ocurrido algo? ¿Por qué la pausa?

Rodrigo Christian Blaine de Quijandría:
A decir verdad, le pedí a Miguel Ángel que se detuviera. Durante este último mes nos hemos reunido para charlar al respecto. Espero que Miguel Ángel, tras estos diálogos continúe con el buen trabajo que está haciendo.

¿Sería que cruzaba por su mente dejar de escribir las memorias?. ¿Aquél manuscrito virtual nunca vería la luz del día? Tantas dudas.

Juana Olazábal:
Por un momento pensé que usted o Miguel Ángel habían decidido ponerle fin al proyecto de sus memorias.

Mi mente rogaba de rodillas e implorando una negativa, “No, jamás cruzó por mi mente abandonar este proyecto” esperé leer.

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