Debía entrar sólo a comprar algo, sólo a ver un par de cosas e irme.
Pasé por un estante de libros y lo vi.
Sentía que me miraba con inexistentes ojos dorados, era el libro de un amigo, con las letras del título en el lomo del libro, tapa oscura sin dibujo alguno, cubierta dura como tanto él quería.
Estaba entre un libro de Vargas Llosa y Fernando Ampuero.
No podía creer que ese fuera el libro, tenía 804 hojas, 4 más de las que él quería.
No había foto o biografía de él por ningún lado, sólo una firma al finalizar el libro, la misma dedicatoria que años antes había leído.
Reconocí la historia casi de inmediato al leer la primera línea, pasé las hojas sin dejar de sonrer y encontré 4 hermosos grabados de los personajes, me enamoré instataneamente de ellos.
Seguía sin creer que aquel fuera el libro que había visto en archivos de word, podía escucharlo diciendo que jamás terminaría de escribir y que nunca lo publicaría.
Sonreí, tomé el libro y pagué por él.
Salí de la tienda y me perdí entre la gente, cada cierto tiempo introducía mi mano en la cartera para palpar el libro y asegurarme de que no estaba soñando.
Besos.
Adiós.
Cómo le dices a alguien que te deje de hablar sin que se moleste? Simplemente es una persona a la que ya no aguanto escuchar hablar.
1 comentario:
Ojalá, Juana, ojalá...
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