La canción "If you seek Amy" anda dando vueltas en mi cabeza gracias a Javi, tesorero del Club de Fans "Nosotros admiramos a Britney Spears siempre y cuando este calva, loca y con paraguas en la mano" (Yo soy la presidenta).
Tengo algo bonito que mostrarles; el primer programa de LWA previo a uno de sus eventos, dura 30 minutos, vale la pena verlo, háganse en tiempito:
LWA - Backstage
Es Viernes, finalmente... así que voy olvidarme del mundo y dormir, mañana tengo un curso sobre enseñanza del idioma inglés desde las 9am; estoy recolectando energía.
Ya termina el mes, lo cual tiene de positivo:
a. Me pagan :D
b. Cada vez se acerca más el fin de semana largo de Semana Santa.
c. Me pagan :D
Negativos:
a. Sale la tarea titanica de recoger notas del mes y entregarlas a las chicas.
b. Viene el ataque de desperdiciar dinero.
Conservemos lo positivo... Buenas noches.
Un Beso.
Adiós.
viernes, 27 de marzo de 2009
jueves, 26 de marzo de 2009
Mal Genio

No tengo ganas de escribir, pero estoy obligando a mis dedos a escribir pues necesito decir algo.
¿Porqué mentimos?
¿Para evitar las consecuencias? No.
¿Para no hacer daño a quienes amamos? No.
¿Para sentirnos mejor? No!
Mentimos por cobardes.
Escuchando "Bittersweet symphony" de The Verve en la computadora trato de relajarme, de controlarme... y resulta que no puedo. La Voz del vocalista me resulta molesta, sólo por el hecho de ser hombre =D
Ya pasó la parte "sweet", ahora viene la "bitter", aquella que a nadie le gusta probar (a menos que tus gustos sean raros).
"Te llamo luego"
"En un rato nos vemos"
"Es sólo un ratito y vuelvo"
Incluyendo sus derivados; son las frases que MÁS odio en este mundo, y lo que es aún peor, detesto que no las cumplan ¿Es TAN dificil enviar un mensaje de texto, llamar o enviar un e-mail diciendo "No voy a poder volver", "Lo dejamos para otro día" o "No voy a poder llamarte"? No creo que sea una tarea titánica casi imposible de cumplir.
Así que; esta noche no estoy para nadie, quiero quedarme en casa avanzando el trabajo de mañana y después de terminar sentarme en el sillón frente al televisor mientras veo The Simpsons y como helado o en su defecto cantar todos los exitos de Madonna que tenga en el Mp3 con coreografía incluída.
3 veces esperando como una tonta para dejarme plantada y lo peor? De todos los modos posibles; por messenger, por teléfono y en persona. Hoy, ni amigos, ni familia, ni tú y menos tú.
Hoy soy YO. Hasta el día Martes, después de ese día, volveré a amar a todo el mundo y ser la encantadora persona que siempre soy.
¡CARAJO!
(Vulgar!)
Acabo de recordar que tengo que llevar una copia de mi DNI al trabajo y son las 8pm y estoy en pijama sentada escribiendo aquí!
¿Porque Dios no hizo los contratos más simples?
Yo + Trabajo = Buen Sueldo
Simple!
Adiós.
miércoles, 25 de marzo de 2009
Entendiendo a las mujeres

Tengo sueño.
Pero no quiero dormir.
Estoy cansada.
Pero no quiero detenerme.
Lo odio.
Pero lo quiero.
Me gusta.
Pero no quiero que me gusta.
Quiero estar cerca.
Pero me mantengo lejos.
Me hace daño.
Pero me encanta.
Lo quiero.
Pero lo odio.
Soy Feliz.
Pero no sonrío.
Sé qué es lo correcto.
Pero quiero equivocarme.
Besos.
Adiós.
martes, 24 de marzo de 2009
Segunda conversación nocturna (1ra Parte)
Me volví a encontrar con él vía messenger y hablamos; aquí la primera parte de este segundo encuentro que se dió hace días:
2da Conversación Nocturna con un vampiro del cual ustedes probablemente no sepan mucho
Mi mente estaba llena de números, fechas y responsabilidades que últimamente convertían mi vida en un carrusel que cada cierto tiempo se marea peligrosamente.
Cansada, sentada mirando el monitor de la computadora; bostezo antes de apagar la luz de la habitación, me gusta sentirme envuelta por la oscuridad de la madrugada, desde hace unos meses me hace sentir… segura.
Todos dormían como de costumbre, yo; me disponía a hacer lo mismo. Apoyo mi mano sobre el ratón de la computadora y cierro las ventanas en las que había estado trabajando, dirijo el puntero del ratón hacia la opción de apagar la computadora, ese brillo intenso de la pantalla me molesta.
- Rodrigo Christian Blaine de Quijandría ha iniciado sesión –
Mis dedos se detuvieron justo a tiempo para leer la ventana que se abrió en medio de la pantalla; ¿Será posible?.
Acerqué mi rostro a la pantalla para estar segura de que se tratara de él, era él sin duda. Esta vez no me hablaba, sólo estaba allí, flotando como una figura inerte en el universo paralelo que es el Internet.
No quise perder la oportunidad, me acomodé en la silla y coloqué las manos nuevamente sobre el teclado, mis dedos, como si tuvieran voluntad propia, escribieron.
Juana Olazábal:
¿Buenas Noches?
Esperaba una respuesta, una señal que me hiciera saber que nuestro último encuentro no había sido un sueño, mi corazón latía con rapidez, me parecía tan extraño haberlo encontrado esa noche, sin más fanfarria que mi torpeza al escribir y no saber qué pensar en ese momento.
Rodrigo Christian Blaine de Quijandría:
Buenas Noches.
Te Recuerdo.
Me estremecí y mordí los labios, me había respondido y lo que me sorprendía más aún, ¡Me recordaba!.
Juana Olazábal:
Me siento avergonzada, realmente se acuerda de mí? Ha pasado bastante tiempo desde que conversamos.
Rodrigo Christian Blaine de Quijandría:
Lo recuerdo. Deben haber sido unos cuantos meses.
Meses en los cuales yo no había hecho más que pellizcarme periódicamente para averiguar si realmente había conversado con un vampiro. Con AQUEL vampiro.
Rodrigo Christian Blaine de Quijandría:
Ha llegado a mí el rumor de que aquella conversación entre nosotros fue publicada en algún tipo de diario virtual.
Una sonrisa bastante ridícula se dibujó en mi rostro. Él, Blaine, sabía que había publicado nuestra conversación en mi weblog, estaba avergonzada, ¿Cómo un vampiro de más de 200 años se entera de algo así?. Nuestra conversación era parte de ese mundo difícil de comprender que llaman Internet.
Pensé en Miguel Ángel, que era quien le ayudaba a escribir y corregir sus memorias.
Juana Olazábal:
Debe habérselo comentado su editor; Miguel Ángel, pensé que nunca volvería a conversar con usted, así que decidí subir nuestra conversación a diario virtual.
Conversar con alguien como usted no es algo que me pase todos los días.
Me justificaba torpemente. Muy en el fondo; sabía que lo había hecho por presumir la experiencia de haber conversado con él, aunque fuera sólo por una nohe.
Rodrigo Christian Blaine de Quijandría:
Nunca debemos pensar de esa manera. El tiempo tiene guardadas muchas sorpresas. Miguel Ángel no me comentó nada.
Fue Cassiano.
El gusta de leer historias de vampiros creadas por humanos.
Suspiré; recogí el cabello que me caía sobre los hombros y lo enrede con un gancho. Sentí que mi corazón no podría latir más fuerte; Cassiano, me hablaba de Casiano, otro vampiro del cual sabía mucho, había sido él quien había caído en mi diario a leer lo que había yo escrito acerca de Christian.
Sus palabras me gustaban, “El tiempo tiene guardadas muchas sorpresas”, cuánto me gustó esa frase.
Rodrigo Christian Blaine de Quijandría:
Digamos que... se divierte con ellas.
Fue él quien me lo comentó, para ser precisos.
Por lo que había leído de Cassiano, tenía en mi mente una imagen digna de un retrato hecho por Rembrandt, hermoso, etéreo y misterioso.
Suspiré; recogí el cabello que me caía sobre los hombros y lo enrede con un gancho. Sentí que mi corazón no podría latir más fuerte; Cassiano, me hablaba de Casiano, otro vampiro del cual sabía mucho, había sido él quien había caído en mi diario a leer lo que había yo escrito acerca de Christian.
Sus palabras me gustaban, “El tiempo tiene guardadas muchas sorpresas”, cuánto me gustó esa frase.
Rodrigo Christian Blaine de Quijandría:
Digamos que... se divierte con ellas.
Fue él quien me lo comentó, para ser precisos.
Por lo que había leído de Cassiano, tenía en mi mente una imagen digna de un retrato hecho por Rembrandt, hermoso, etéreo y misterioso.
La idea de que alguien como él leyera algo escrito por mi me produjo un profundo e irracional placer. Pero sobre todo... verguenza.
Juana Olazábal Gómez:
Ahora me siento incluso más avergonzada, ¿Cassiano? También he leído mucho sobre él, incluso he podido leer las primeras hojas de sus memorias, no sabía que el utilizaba el Internet.
No sabía si estaba metiendo en problema a Miguel Ángel, el editor, pues había sido él quien me alcanzaba los avances escritos por Christian o Cassiano para leerlos.
Rodrigo Christian Blaine de Quijandría:
Miguel Ángel sí me comentó que algunas de las hojas escritas por Cassiano han sido mostradas. Debo suponer que usted ha sido la afortunada. He tenido la oportunidad de leer un par de páginas de ese trabajo. Cassiano autorizó que alguien más, aparte de Miguel Ángel las leyera. Él es así. Disfruta del reconocimiento.
Me pareció que hablaba de él con confianza y hasta podría aventurarme a decir que se refería a Cassiano con cariño, si es que acaso era posible eso.
Mi mente estaba en blanco pero mis dedos seguían moviéndose presionando nerviosamente las teclas como si pensaran por sí mismos.
Juana Olazábal:
Y yo disfruto leyéndo lo que él escribe, a pesar de haber escrito pocas hojas aún pude notar que su personalidad es muy distinta a la de usted.
Era cierto, había algo en la memoria de estos vampiros que me resultaba irresistible, quizás el modo encantador en el que estaban escritas o su humanidad reflejada en sus vivencias y por supuesto su misterio y oscuridad.
Rodrigo Christian Blaine de Quijandría:
Prefiero no hablar de él sino está presente. Estuvo acompañándome durante el día. Hace algunas horas se retiró de aquí.
Y sí... Definitivamente somos desiguales.
Eran tan cortés que me hacía sentir el ser más vulgar sobre la tierra, Cassiano y él eran amigos, ¿No es poético acaso? Una amistad entre 2 seres así, por más años de los que un humano podría pensar, mi percepción de la amistad se cuestionaba.
Juana Olazábal:
¿Puedo preguntarle algo? Va a tener que disculpar mi curiosidad pero quiero saber más acerca de usted, no puedo evitar que miles de preguntas vengan a mi cabeza cuando pienso en ti.
“¿En ti?”, “¿Cuándo pienso en ti?”. Dios mío ¿acababa yo de tutear a un vampiro de más de 200 años? No es otro mortal simple, era Blaine. Mis dedos tropezaban en las teclas para disculparme, sólo atiné a morderme los labios cómo castigando mi error.
Juana Olazábal:
Perdón, usted.
Juana Olazábal Gómez:
Ahora me siento incluso más avergonzada, ¿Cassiano? También he leído mucho sobre él, incluso he podido leer las primeras hojas de sus memorias, no sabía que el utilizaba el Internet.
No sabía si estaba metiendo en problema a Miguel Ángel, el editor, pues había sido él quien me alcanzaba los avances escritos por Christian o Cassiano para leerlos.
Rodrigo Christian Blaine de Quijandría:
Miguel Ángel sí me comentó que algunas de las hojas escritas por Cassiano han sido mostradas. Debo suponer que usted ha sido la afortunada. He tenido la oportunidad de leer un par de páginas de ese trabajo. Cassiano autorizó que alguien más, aparte de Miguel Ángel las leyera. Él es así. Disfruta del reconocimiento.
Me pareció que hablaba de él con confianza y hasta podría aventurarme a decir que se refería a Cassiano con cariño, si es que acaso era posible eso.
Mi mente estaba en blanco pero mis dedos seguían moviéndose presionando nerviosamente las teclas como si pensaran por sí mismos.
Juana Olazábal:
Y yo disfruto leyéndo lo que él escribe, a pesar de haber escrito pocas hojas aún pude notar que su personalidad es muy distinta a la de usted.
Era cierto, había algo en la memoria de estos vampiros que me resultaba irresistible, quizás el modo encantador en el que estaban escritas o su humanidad reflejada en sus vivencias y por supuesto su misterio y oscuridad.
Rodrigo Christian Blaine de Quijandría:
Prefiero no hablar de él sino está presente. Estuvo acompañándome durante el día. Hace algunas horas se retiró de aquí.
Y sí... Definitivamente somos desiguales.
Eran tan cortés que me hacía sentir el ser más vulgar sobre la tierra, Cassiano y él eran amigos, ¿No es poético acaso? Una amistad entre 2 seres así, por más años de los que un humano podría pensar, mi percepción de la amistad se cuestionaba.
Juana Olazábal:
¿Puedo preguntarle algo? Va a tener que disculpar mi curiosidad pero quiero saber más acerca de usted, no puedo evitar que miles de preguntas vengan a mi cabeza cuando pienso en ti.
“¿En ti?”, “¿Cuándo pienso en ti?”. Dios mío ¿acababa yo de tutear a un vampiro de más de 200 años? No es otro mortal simple, era Blaine. Mis dedos tropezaban en las teclas para disculparme, sólo atiné a morderme los labios cómo castigando mi error.
Juana Olazábal:
Perdón, usted.
Es claro que una mortal tenga dudas. En el mundo real no es común toparse con alguien como yo. No tengo problema alguno en que tenga cuestionamientos.
Me tenía paciencia, siempre esperaba una respuesta evasiva o cortante de él; por el contrario, siempre era bastante amable y encantador, como ahora, que me daba permiso para meterme en su mundo.
Rodrigo Christian Blaine de Quijandría:
Adelante.
Retiré mis manos del teclado, las crucé sobre mi regazo y pensé detenidamente en qué le podría preguntar a quien ha visto todo lo que alguien podría ver.
lunes, 23 de marzo de 2009
Probando... 1, 2, 3.

Escuchando: Material Girl - Madonna
Si, me ha agarrado la fiebre Madonna, en el momento en el que piense en cómo me vería con el cabello rubio dejaré de escucharla, hasta eso.
Cause we are living in a material world!And I am a material girl!
Después de mi caótico viernes ha sido un buen retorno al colegio, bastante tranquilo, demasiado diría yo =D
Ya viene Easter y tengo que organizar una búsqueda de huevos de pascua en los salones; lo que incluye el revoltijo de decorar huevos de tecnopor con temperas; Si, he dicho huevos de tecnopor o plástico porque están muy locos si creen que voy a pedir huevos reales para que el salón termine apestando a ensalada de hace 5 días.
Ah! Javi se lees esto... El método de tortura-educacional Javi 101 funciona de maravilla, he decidido aplicarlo por toda la semana, te debo la vida amigo mío! No sabes cómo te quiero! Has sido mi salvación! La sgt. entrada explicaré el consejod e Javi, sólo puedo decir que gracias a eso; mi salón de 2do ha sido una belleza hoy :D
Besos!
Chau.
Pd. Ayer ... discutí con un monitor de computadora... y él gano.
sábado, 21 de marzo de 2009
viernes, 20 de marzo de 2009
B. Su estadía en el hospital
Lo que estás a punto de leer fue sacado del diario de Gabriel, me resultó interesante, bastante como para subirlo al weblog, está divido en 2 partes:
I
-Es hermosa…Es usted muy afortunado- Le clavé una mirada de sorpresa inyectada de desprecio.
-No y no- Me levanté de la silla y le di la espalda al enfermero, miré por la ventana la grisácea ciudad en todo su esplendor.
El enfermero venía a darle un baño de esponja a Clara, por pudor trataba de no mirar; pero la curiosidad en mí me hizo voltear y tallar en mi menté una imagen que jamás se borraría y que años después volvería a repetirse.
Ella estaba echada completamente desnuda en la cama blanca del hospital, pálida como la nieve con el largo y ondulado cabello rojizo enmarcando su rostro y sus hombros, sus brazos estaban a los lados del cuerpo con las palmas hacía arriba, me perturbó el que pareciera muerta, un ángel ascendiendo al cielo, sus pechos parecían montañas que sobresalían de su cuerpo, todo en ella parecía tan imperfecto pero bien dibujado, era una ironía hermosa y bastante atractiva.
El enfermero remojaba una esponja amarilla en agua tibia que traía en una palangana de metal, la exprimía un poco y en un delicado movimiento rozaba su piel dejando un camino de gotas transparentes que recorrían su cuerpo.
Sus manos siempre con las palmas abiertas recibían el agua y brillaban, su cuello se veía tan delgado, era un ciervo indefenso, ciervo que yo había atropellado bestialmente y dejado en ese estado.
En su ceja izquierda, una pequeña gasa cubría la herida, el enfermero retiró la gasa de la herida y vi una pequeña cicatriz en forma de arco que cruzaba la ceja, era un ciervo herido ¡Yo la había herido!.
Me resultó inquietante que el enfermero; un total desconocido, con cara de “chico nuevo” del hospital pase sus manos por el cuerpo de Clara como si de una escultura se tratara.
-¿Terminaste?- Le pregunté; yo estaba mirando por la ventana nuevamente y veía su reflejo en ella.
-¿Perdón?- Su tono de voz me indicó que se había abstraído con su cuerpo.
-¿Qué si ya terminaste? No creo que un baño de esponja deba durar tanto- Se percató de que lo observaba en el reflejo de la ventana y me sonrió, tomó la esponja amarilla, la palangana y las colocó en una mesa que se encontraba a unos pasos de la cama, vistió a Clara con una bata color celeste y la cubrió con una sábana, me regaló una última sonrisa bastante hipócrita y se fue, llevándose la esponja, la palangana y sus ganas de tocar el cuerpo desnudo de Clara.
-No y no- Me levanté de la silla y le di la espalda al enfermero, miré por la ventana la grisácea ciudad en todo su esplendor.
El enfermero venía a darle un baño de esponja a Clara, por pudor trataba de no mirar; pero la curiosidad en mí me hizo voltear y tallar en mi menté una imagen que jamás se borraría y que años después volvería a repetirse.
Ella estaba echada completamente desnuda en la cama blanca del hospital, pálida como la nieve con el largo y ondulado cabello rojizo enmarcando su rostro y sus hombros, sus brazos estaban a los lados del cuerpo con las palmas hacía arriba, me perturbó el que pareciera muerta, un ángel ascendiendo al cielo, sus pechos parecían montañas que sobresalían de su cuerpo, todo en ella parecía tan imperfecto pero bien dibujado, era una ironía hermosa y bastante atractiva.
El enfermero remojaba una esponja amarilla en agua tibia que traía en una palangana de metal, la exprimía un poco y en un delicado movimiento rozaba su piel dejando un camino de gotas transparentes que recorrían su cuerpo.
Sus manos siempre con las palmas abiertas recibían el agua y brillaban, su cuello se veía tan delgado, era un ciervo indefenso, ciervo que yo había atropellado bestialmente y dejado en ese estado.
En su ceja izquierda, una pequeña gasa cubría la herida, el enfermero retiró la gasa de la herida y vi una pequeña cicatriz en forma de arco que cruzaba la ceja, era un ciervo herido ¡Yo la había herido!.
Me resultó inquietante que el enfermero; un total desconocido, con cara de “chico nuevo” del hospital pase sus manos por el cuerpo de Clara como si de una escultura se tratara.
-¿Terminaste?- Le pregunté; yo estaba mirando por la ventana nuevamente y veía su reflejo en ella.
-¿Perdón?- Su tono de voz me indicó que se había abstraído con su cuerpo.
-¿Qué si ya terminaste? No creo que un baño de esponja deba durar tanto- Se percató de que lo observaba en el reflejo de la ventana y me sonrió, tomó la esponja amarilla, la palangana y las colocó en una mesa que se encontraba a unos pasos de la cama, vistió a Clara con una bata color celeste y la cubrió con una sábana, me regaló una última sonrisa bastante hipócrita y se fue, llevándose la esponja, la palangana y sus ganas de tocar el cuerpo desnudo de Clara.
II
Había pasado todo el día en el hospital, firmando papeles y recibiendo la visita de 5 policías para decirme exactamente lo mismo.
-Nadie ha reconocido a la joven accidentada, debe quedarse haciéndose cargo de ella hasta que sus familiares lleguen-
A pesar de haber sido interrogado 3 veces durante el día, nadie había venido a arrestarme, acusarme y lo que me parecía aún más curioso, ni un solo periodista o chismoso me había acosado como el “Loco al volante que atropello a la pobre chica”. Todo en el hospital era calma total.
-¿Señor?-
Me había quedado dormido en una de las sillas de la sala de espera del hospital, una regordeta enfermera me tocaba el hombro con sus uñas pintadas de color carmesí para despertarme.
Apenas abriendo los ojos y estirándome como si acabara de levantarme de un plácido sueño en mi cama pregunté - ¿Qué sucede? –
-La joven acaba de despertar… - La miré sorprendido y somnoliento.
Me levanté y crucé el pasillo dando largos y desordenados pasos hasta llegar a la puerta de la habitación de Clara, dude al apoyar mi mano en la puerta blanca; cerré los ojos y abrí la puerta aparentando serenidad.
-Hola- Con las manos en los bolsillos me acerqué a su cama, ella estaba despeinada, mirando desconcertada como el enfermero que hace unas horas le había dado un baño de esponja ahora le colocaba una aguja en el brazo conectada a una bolsita de suero.
-Hola… ¿Qué está haciendo él?- Me preguntó señalando al enfermero.
-Pues, te esta poniendo suero, creo.- El enfermero no respondió, aseguró la aguja en el brazo de Clara colocando una pequeña banda adhesiva blanca y se fue, dejando sobre la mesa el historial médico.
-¿Y cómo estás?- Su expresión de sorpresa había cambiado, era ahora una sonrisa plena e inocente, con los dedos entrelazados y las manos sobre el regazo me miraba de pies a cabeza con dulzura, realmente quería saber cómo estaba.
-¿Yo? Bien- Levantó una ceja, sentí que me llamaba mentiroso con la mirada, era obvio que yo no estaba bien, por poco le provoco la muerte a una inocente mujer a quien su familia aún no viene a visitar.
-Mentir es malo, hace el alma pesada- Fue como escuchar a una niña hablar, en ese momento sentí que algo no estaba bien.
-¿Cuál es tu apellido? ¿Dónde vives? ¿Hay alguien que pueda venir a cuidarte?- En el momento no me parecieron demasiadas preguntas.
-Tengo apellido, pero no recuerdo si es Tapia o Rogers… o Jagger o Morrison- ¿Desvariaba? ¿Había provocado yo que perdiera la memoria? Pensaba en el daño cerebral que puede provocar una contusión como la que tuvo.
-Vivo pues en mi casa, por cierto una hermosa casa, llena de colores ¿Te dije que soy artista?- Me miró con sus enormes ojos perdidos.
-No, no lo habías mencionado- Dirigí mi mirada a la carpeta de historia médica de Clara.
-Lo soy, y una buena artista, mi casa está llena de mis trabajos y si mal no recuerdo era muy alegre, pero cuán triste debe estar ahora, sola…- Mientras la escuchaba asentía con la cabeza, me acercaba lentamente a la mesa.
-Y ¿Si alguien que pueda recogerme?- Fijé mi mirada en la carpeta, las letras escritas con lapicero azul con esa típica letra de doctor, casi imposible de entender.
Nombre: Clara
Edad: No especifica
DNI: No especifica
Sexo: Femenino
Teléfono: No especifica
Dirección: No especifica
Seguro Social o Privado: No especifica
Mientras leía me daba cuenta de que no era el único que desconocía todo sobre esta joven.
En la carpeta habían escrito algo acerca de sus heridas y costillas rotas, eso era todo.
No había más información excepto por una etiqueta que a primera vista pasé por alto, era una etiqueta blanca con una palabra escrita en letras rojas.
-No, no tengo a nadie, pero no creo los necesite… Te tengo a ti ¿No?-
Leí la etiqueta:
“Paciente - Psiquiatría”

Besos.
Adiós
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