sábado, 17 de enero de 2009

¿Han notado...?

¿Han notado como se van acortando las frases al repetirlas cuando nos vemos exigidos a gritar?


Por ejemplo:



Juana está en la sala preparándose para tomar lonche así que decide pedirle a su hermana que le pase la mantequilla, su hermana está en la cocina:


- Juana: "Pásame la mantequilla que está en la refri"
- Hermana: "¿Qué?"
- Juana: "¡La Mantequilla de la refri!" (Subiendo el volumen de la voz)

-- Hay un silencio de un par de segundos --

- Hermana: "¿Qué?"
- Juana: "¡¡MANTEQUILLA!!"



Y cómo sucede lo opuesto cuando le llamamos la atención a alguien llenos de ira, por ejemplo:



El niño llega del colegio con la libreta final del año, sabiendo que en su libreta hay más rojos que en China Comunista (mal chiste necesario) así que le entrega a su Padre la libreta casi lanzándosela al regazo y sale disparado rumbo a su habitación, se queda en el dintel de la puerta aferrándose a la pared, mientras el padre lee la libreta.



- Padre: "Ven..."

-- El niño niega con la cabeza, el rostro del padre toma un color rojo tomate. --

- Padre: "Ven acá...!"

-- El niño avanza 4 pasos y se detiene, alistándose para salir corriendo a sabiendas de que su padre jamás lo alcanzaria. --

Padre: "¡Ven para acá te he dicho!

-- El niño empieza a correr rompiendo la barrera del sonido. El padre, eventualmente se cansa y desiste de sus ansías asesinas. --

Besos.
Adiós

jueves, 15 de enero de 2009

Bossa Nova con la voz de Sinatra.

Me gustaría escuchar a Sinatra hablando portugués, sería simplemente encantador. Tom Jobin canta hermoso, es la dulzura hecha voz y Sinatra es la mascunilidad hecha voz.

¿Qué celebro?

Muchas cosas:

- Conseguí trabajo, en un colegio de niñas en Surco, cosa que aún no me cuadra mucho porque digamos que no soy un ejemplo a seguir y menos por niñas. Seré profesora de inglés (nuevamente) Me gusta enseñar, será que me gusta de vez en cuando ser el centro de atención.

- El libro retomó su rumbo, van 3 poemas pulidos, aún falta para que esté listo para salir, cuando salga tengo que grabar mi reacción porque seguiré sin creerlo.

- Tuve mi sesión de fotos para lo que pensaba era una causa perdida "Que yo saliera bien en una foto para el libro", resulta que salí decente, aburrida, muy dulce, pero bien. Gracias a Sara por la paciencia y la ayuda hasta con cada rulo que caía sobre mis hombros.

- Resulta que mis ideas son rentables.

- Voy a trabajar con gente conocida con la cual me siento bastante cómoda trabajando: "Amiga ¿Nos contrataron?" / "Sipi" / "Ala... no saben lo que acaban de hacer"

- Resulta que no he olvidado todo lo que aprendí en secundaria.

- Mi IQ sigue siendo el mismo y eso me emociona.

- Mi examen de admisión es el 25 (eso no lo celebren todavía... esperen un poco).

- El 23 hay evento en LWA (es la más grande catarsis del mundo).

Es suficiente motivo para disfrutar el momento hasta que llegue ese mágico segundo en el que todo se venga abajo... no soy pesimista pero: Todo lo que sube tiene que bajar.

Por ahora, sonrían.

Besos!

Adiós.

domingo, 11 de enero de 2009

Carrera

(La siguiente entrada ha sido escrita inspirada en un amigo al cual para proteger su identidad llamaremos "Mr. X", hoy tenía ganas de renegar del mundo y hablar mal de cada etapa de la vida y la única persona que conozco que hace eso magistralmente es "Mr. X".)

19 años, 1 mes y 6 días han transcurrido desde que dejé la comodidad del útero de mi madre para empezar a vivir a expensas de la misma mujer; quien me soportó (con antojos de milkshake de lúcuma incluidos) durante casi 9 meses.

Un libro de poesía está a punto de salir y resulta que es mío, son mis poemas impresos, copiados y envueltos en una bonita tapa de llamativo color.

Digamos que publicar un libro a los 19 años podría considerarse un logro, o al menos eso me han dicho y me siguen repitiendo. ¿Será cierto? Ojalá, será interesante tener algo que decirle a mis hijos: "Yo publiqué un libro a los 19 años, no como la fracasada de tu tía que se graduó de la facultad de Derecho a los 25 años"

Disculpen pero no en este punto el libro me ha dado hambre, hambre de seguir escribiendo y seguir siendo leída, es como estar desnuda en un escaparate al cual la gente accede pagando y al salir comentan, positiva o negativamente. Y yo soy una exhibicionista.

¿Después de Memorias Inexpertas? No lo sé, el tiempo lo dirá.

Como una vez le dije a mi ahora ocupado vecino de blogs Javi:

"¿Nunca es suficiente?"

A lo que el respondió en pose trágica con truenos de fondo:

"Nunca es suficiente..."

Debe ser cierto, pero quizás sea una programación de la sociedad eso de seguir etapas:

Empezamos en el nido (Kinder/Pre-escolar): Donde las calificaciones navegan entre caritas felices y estrellas brillantes que para los estudiantes no significa más que una mancha brillante en la lengua.

Seguimos en Primaria: Aquellas estrellas nos han gustado y ahora llegan convertidas en califcaciones númericas, llega el cuadro de honor (en el que nunca estuve porque desaprobaba en conducta), los diplomas por buena conducta, asistencia, feria de ciencia y cuanta idea más se le cruce al educador de turno.

Luego viene Secundaria: Hasta primaria había sido una competencia amistosa, pero la pubertad llega con una avalancha hormonal, llena de sudor, temblores, nervios, música y pornografía. Ser el más inteligente se vuelve una meta de pocos, reemplazada en popularidad por (irónicamente) ser el más popular, tener la mejor ropa, tener la mejor pareja o la mejor hora para llegar.

Ahora en la pubertad es una chanfainita la competencia, nade sabe bien porque compite con alguien, pero compite, los amigos se pelean porque él sacó 2 puntos más que tú en el mismo examen, mientras las amigas discuten sobre porqué ella debe llevar un vestido distinto a la fiesta y ni qué decir sobre el pleito con tu amigo o no tan amigo por la persona que te gusta.

La pubertad es una competencia y en esta etapa los premios pueden bastante más interesantes que las estrellitas doradas y caritas felices.

Cuando termina el colegio un suspiro de alivio inunda el ambiente, eso fue todo, no debo sacar más buenas notas, de ahora en adelante viviré a mi modo y nadie me interrumpirá ni obstaculizará.

WRONG!

La Universidad: Representado en algún sádico comercial nacional como una cacería León --> Gacela. Primero compites con casi 1000 personas por un puesto de estudios, si tienes suerte (o bueno si estudiaste) e ingresas, es sólo el inicio pues adentro, deberás empezar por darte cuenta de que como en "Quien Quiere Ser Millonario" como aumenta la dificultad aumenta el premio y tu premio bien podría ser un título en la carrera que eligieron tus padres mientras estabas ocupado sacando estrellas doradas de tu lengua o tal vez una pareja ocasional (o estable... pero no te hagas ilusiones) y lo que es más común... un hijo (a mi la doble moral me queda muy mal, mi promoción aún ve Bob Esponja y ya está en el 8avo mes de comerse las uñas por la flojera de ponerse un condón).

Y ni qué decir de lo socio/cultural/religioso! Felicidades has entrado a la sociedad peruana, si eres gay, te fregaste porque ya no eres "el hijo incromprendido" eres el maricón, si no le agarras el ritmo a estudiar constantemente ya no eres "el niño con problemas de aprendizaje" eres "el vago".

Ya puede el mundo empezar a juzgarte por tu apariencia y decirte cuando estés aprendiendo a manejar "Cholo de mie**a", "¡Negro!", "Las mujeres a la cocina".

Si eres católico y vas a la iglesia, eres un hijito de mamá.
Si eres católico y no vas a la iglesia, eres un pecador.
Si eres agnóstico, eres una posera.
Si eres ateo, eres un posero.

La competencia en este momento es contra el mundo, si te quedo algo de trauma pre/durante y post pubertad vas a tener que tragártelo con Kanú.

¿Y cuando termines la universidad?

Simple, ganas el automático título de "Desempleado" a menos claro que te hayas asegurado con tus prácticas o el negocio familiar te resulte atractivo.

Pero si seguramente no hiciste un carajo y esperas un puesto de gerente tus opciones pintan de 2 colores:

Amarillo y Negro

Pero no te preocupes que después de tanto trabajo, sufrimiento y competencua, cuando estés a punto de cerrar la tijera en tu cuello (vease de ejemplo al hábil osito de la fotografía)te vas a dar cuenta de que sobre ti estarán cientos de personas exitosas que lograron mucho más haciendo simplemente no haciendo nada y hoy, esta noche especialmente me considero una de ellos.

Besos!
Adiós.

sábado, 10 de enero de 2009

Primer Encuentro Nocturno

(Los siguientes sucesos tuvieron lugar la noche del Martes 6 de Enero del año 2009, siendo las 11:56 de la noche. Hablan de mi encuentro “casual” con Christian Blaine, el famoso vampiro)

Estaba echada sobre el sillón observando el techo, en medio de la oscuridad que inunda la sala a esta hora de la noche, tan inmersa en mis pensamientos que nunca noté aquella sombra que pasó por mi ventana, rápidamente, como ocultándose de mi.
Estaba aburrida; boca arriba en el sillón, sólo esperaba que la mañana llegara; se escuchaba el tic-tac del reloj del corredor y, desde afuera, llegaba a mis oídos el débil maullido de un gato.
Llevaba puesto un vestido verde, simple, que me agradaba mucho, pues era escotado y resaltaba mi cuello; con un vestido así parecía tener un cuello largo y delgado.
Me sumía en la noche, me hundía en el silencio y apenas emitía sonido al respirar; me gustaba estar así. Respiré profundamente; podía ver como mi pecho se hinchaba; acomodé mis brazos a los lados de mi cuerpo y cerré los ojos.
Los sonidos se hicieron más notorios, aquel gato, había dejado de maullar y estaba totalmente segura de que en la casa del vecino algún caño dejaba caer, cada segundo, una gota de agua.


El frío de la noche; podía sentir como esa brisa nocturna que entraba por la ventana acariciaba mi cuello con delicadeza. Era casi como una respiración, como un frío e inhumano aliento recorriendo mi rostro, mi cuello y mi pecho.


-Extraño esa sensación. Los mortales lucen tan apacibles cuando duermen… Inconcientemente, parecen disfrutar ese acto tan natural en ellos -dijo una cautivante y melodiosa voz, en medio de la oscuridad.


Abrí los ojos, esperando no ver más que mi nariz en medio de la negrura de la noche. Pero no fue así. Mis ojos se cruzaron con otros, de un tono grisáceos, con un brillo sobrecogedor; su cabello largo y ondeado, como dibujado alrededor de su rostro, caía sobre sus hombros.


Él tenía medio cuerpo sobre mí. Había estado observándome. Era su frío e inhumano aliento el que había recorrido mi cuello en silencio. No quería huir, pero tuve miedo.


-¿Quién eres? –pregunté, temblando y clavando las uñas en el sillón en el que aún permanecía recostada.
El hombre retrocedió hacía la ventana, y como si la luna y las estrellas se hubieran confabulado con él, una blanquecina y tenue luz entró por el vidrio de la ventana ,iluminando débilmente su rostro; dándole un brillo especial a sus labios, los que se veían suaves, tristes.


Sus ojos seguían provocándome temor, seguí observándolo hasta hallar en mi memoria una imagen parecida.
-Blaine –dije, casi gimiendo mientras me sentaba-.Es usted Christian Blaine ¿No es así?
Asintió con la cabeza, lenta y elegantemente. Toda su ropa parecía ser de color negro; llevaba pantalones de vestir, un saco grueso que lo hacía ver muy grande, importante; y una camisa que llevaba tres botones abiertos, dejando ver una gruesa cruz de plata sobre su pecho y la piel de sus pectorales, blanca, como la luna que lo iluminaba de pies a cabeza. Era una hermosa visión fantasmal.


Era el vampiro con el que tanto había soñado y del que tanto había aprendido, ¿por qué estaba allí? ¿Iría a alimentarse de mí?
Cruzó los brazos. Podía leer mi mente. Sabía lo que yo iba a decir, lo que iba a hacer. Me puse de pie.


-¿Es usted real? –pregunté. Ahora estaba de pie a unos pasos de él, descalza. Podía sentir el piso de madera fría bajo mis pies- ¿Estoy soñando?


-Soñar…- dijo, como para sí mismo-. Son tantos años en los que he carecido de ese placer tan simple para un mortal, que hoy casi no recuerdo como se siente. Pequeñas cosas nos hacen tan distintos. A decir verdad, los sueños, muchas veces, pueden confundirse con la realidad -había algo en su voz que me tranquilizaba, me gustaba-. No pierdas cuidado, no voy a lastimarte.


Avancé unos pasos; estaba muy cerca de él, agitada, no podía dejar de mirar sus ojos.
-¿Puedo…? -la voz se me cortaba, no sabía que hacer-. ¿Puedo tocarlo? –pregunté, dirigiendo mi mano derecha a su rostro.
Christian sonrió como burlándose de mi mortal inocencia.


-¿Sería interesante, para ti, tocar una piel como la mía? –preguntó, acercando un poco su rostro, como retándome a tocarlo- ¿Una piel, tan fría como el hielo, tan blanca como el alabastro? ¿Una piel con cicatrices de doscientos sesenta años? ¿Es que acaso te agradaría sentir el tacto de una piel sin color, sin vida?


Mi mano, congelada en el aire siguió el brillo de su rostro y rocé, con tan sólo dos dedos, sus labios, los que tanto interés me causaban. Fue como tocar los pétalos de una rosa: fríos, suaves, tersos.
-Entonces no estoy soñando… es usted real-dije, alejando mi mano de su cara.


A centímetros de su cuerpo podía sentir que emanaba un aroma distinto al de los mortales. No era el hedor de la muerte; era un aroma a madera, a un licor añejo, a tabaco. Aún ahora tengo el aroma de Christian aprisionado en mi memoria.


-¿Sorprendida de verme? Teníamos ya el placer de conocernos –dijo Christian, con su tono tan calmado.
-Sí. Hablamos por medio de la computadora hace un tiempo -respondí-. Micky, su editor, es quien me había hablado de usted.
Sus cejas se arquearon en un gesto de sorpresa y duda.
-¿Micky? –y su gesto se suavizó- Asumo que te refieres a Miguel Ángel, el escritor.

-Sí –respondí, asintiendo a la vez con la cabeza, hipnotizada.
Había algo extraño en él, además de ser un vampiro que me dejaba desprotegida cuando lo sentía cerca o pensaba en él, al hablar por la computadora, hace unas semanas con él, me sentí vulnerable.


Ahora, frente al vampiro, me siento débil, desnuda, sin poder negarme a cualquier petición o decisión que sus labios ordenen.
-Miguel Ángel está haciendo un excelente trabajo -dijo, con el tono de voz siempre calmado, como si nada lo perturbara-. No me considero un buen escritor. El talento de Miguel Ángel con las letras facilita la comunicación de mis memorias al mundo.
-Sí, es talentoso.


Petrificada, no comprendía qué hacía allí, de pie, hablándome, ¿sería posible que sólo fuera su alimento de turno?
El miedo había vuelto a mi cuerpo e inundaba mi garganta. Sólo pude preguntar violentamente:
-¿Ha venido a alimentarse de mí?


Mi rostro enrojeció. Temía haber cometido una imprudencia al preguntar algo así a un ser como el que tenía a centímetros de mí. ¿Podría huir si me atacara? ¿Querría yo huir?


Sonrió nuevamente, con esa sonrisa de lado que ya había visto antes. Sospecho que me encontraba inocente o ingenua. Estando a centímetros de su pálido cuerpo empezó a bajar la mirada, su mirada descendió hasta tenerla hundida en mi cuello descubierto.


-Tu cuello es algo que colinda con la bellaza, niña- dijo, mientras sentía aquella misma brisa del inicio de mi relato, sobre mi piel.
Mi corazón empezó a latir rápidamente. Al inclinarse con dirección a mi cuello sentí el pesado crucifijo de plata golpear levemente mi pecho. Una duda llegó a mi confundida mente.
<<¿Por qué lleva esa pesada cruz? ¿Será una especie de penitencia?>>


-Amo a Dios y a su Único Hijo. No sé si Dios me ame, si Jesucristo me ame, pero creo en la Santísima Trinidad. Soy cristiano, ¿recuerdas?


Sentí que me hablaba con sarcasmo, a pesar de explicarme todo como si nunca lo fuera a entender, me fascinaba su modo de hablar.
Pasó su mano por mi cuello, dedo por dedo, acariciando desde mis hombros hasta mi mentón, delicadamente. Fue como si cada poro que envolvía la piel de sus manos, manara electricidad, una descarga que recorría mi piel y me hacía estremecer de cuerpo entero


-¿Alimentarme de ti? –preguntó-. Es una tentadora propuesta -retiró su mano y alejó su rostro de mí–, pero me temo que deberemos dejarla pendiente. Ahora, debo marcharme. La noche está hermosa; es perfecta para…
-¿Beber? -lo interrumpí. ¿Le habría molestado mi interrupción?
-Desde luego, niña. Parece como si pudieras leer mi mente –acotó, de una manera casi sarcástica.


-¿Nos volveremos a ver?
-Lo ignoro. Tiempo es lo más tengo, y el destino es travieso. Cuando quiera portarse mal podremos obedecer sus caprichos y, probablemente, podamos cruzarnos nuevamente.


Imponente. Así de pie, bajo la luz de la luna, Christian acerca su rostro al mío y besa mi mejilla, rosada, despidiéndose.

Que sus labios, tan fríos y suaves, rocen mi tibia y temblorosa mejilla, fue algo que me cayó como un baldazo de agua fría. Tantas preguntas que habían estado entumecidas en el fondo de mi mente afloraban, desesperadas, por obtener una respuesta.


¿Por qué había venido? ¿Se iba alimentar de mí y se arrepintió? ¿Cómo me encontró? ¿Cómo supo que yo estaría allí despierta?
-¡Christian! –grité, con temor de haber sido muy escandalosa al llamarlo. Me cubrí la boca con la mano izquierda-.Perdón, Lord Blaine ¿Por qué vino?


No pronunció palabra alguna, sus labios permanecieron cerrados, solo escuché su voz.


¿Se había metido en mi mente? Desconcertada, observé como cruzaba el umbral de la puerta. Decidí seguirlo. Pasé la puerta y llegué al patio, pero no había nadie allí. Estaba vacío, como cada noche. El silencio había vuelto a inundar mi casa. Christian se había ido.
Sólo me quedaba una fantástica sensación en el cuello.


Juana Olazábal Gómez

Escrito con la colaboración de Micky Bane

sábado, 3 de enero de 2009

Crepúsculo

Fondo musical: The Mooney Suzuki - 99%



¿Que clase de poder oculto pueden llegar a tener las letras que hipnotizan a toda una generación con el único fin de seguir las aventuras en muchos casos trágicas de héroes ajenos a sus realidades?


Sabe Dios, pero Stephanie Meyer ha sabido sacarle provecho a este aspecto, nacida en Connecticut en el 73, esta mujer ha creado el fenómeno vampírico-adolescente de la decada:




Miles de adolescentes alrededor del mundo desean ser vampiros, miles de jovencitas desean conocer un Edward que les muerda el cuello, miles de jovencitos sueñan con ser Edward y encontrar una Bella.



Uno de los temas que más me apasiona es el vampirismo, como mitología, ficción, historia o cómo deseen catalogarlo, la historia del cine, la literatura y televisión no sería la misma sin la influencia del mítico y sensual vampiro que ronda de noche a sus inocentes víctimas.



Cuando leí el libro esperaba mucho más, ante todo, esperaba respeto por la imagen del vampiro clásico (sin caer en la repetición y copia), no sé ustedes, pero un vampiro que puede caminar bajo la luz del sol ya no es un vampiro, sin importar cuanto diamante o cuberta ant-reflex pueda tener su pálida piel.



Vamos por partes, Edward es simplemente perfecto, siente culpa, ama, sueña, deseea, anhela, sufre mas no duerme. Fisicamente es hermoso, es el húmedo sueño de los hedonistas, su pálida piel no es impedimento para ser el vampiro más bello y deseable que hayamos conocido jamás. Lo cual a mí me parece bastante inverosímil y díficil de tragar aún as se trate de una novela enteramente basada en la ficción.

Anne Rice, Bram Stoker y Joss Whedon... coincidiran conmigo en que el personaje de Edward hubiera encajado mejor en un hombre lobo u otro tipo de criatura oscura pero no en un vampiro.




Meyer dice que Edward, Bella y compañía llegaron a su mente en un sueño, ¿Porqué me suena familiar? Como sea, el primer libro de Meyer resultó un Best-Seller considerado el mejor libro de la década. (Llora Gabriel García Marquez...)

La historia tiene todo lo que una historia para adolescentes o mujeres adictas a la sensibileria debe tener:

  • El amor imposible
  • El amor imposible sobrenatural
  • El héroe perfecto espiritual y físicamente
  • La heroína que muere de amor por el héroe
  • La pobre que ama a alguien y no es correspondida
  • La fuerza del amor lo supera todo

Una de mis alumnas estaba leyendo el libro en mi clase, levanté el libro de su carpeta, leí un par de líneas y le dije que no me llamaba mucho la atención, entonces me dijo:

-"Ay Miss... pero si son los Romeo y Julieta de esta época y vampiros"-

A lo que sólo pude responder:

-"¿Has leído Romeo y Julieta?"-

Su rostro tomó un color rojo sangre, bastante acorde con el libro y siguió con su lectura evitando la verguenza de responder que no, nunca había leído Romeo y Julieta y basaba su criterio de comparación con alguna película en la que aparece Leonardo DiCaprio o algun capítulo del Chapulín Colorado.

A pesar de mi resistencia a leer Crepúsculo, un día mientras buscaba las Crónicas Vampíricas escritas por Anne Rice (las había perdido después de que Micky Bane me las enviara) encontré todos los libros de Meyer, los bajé a la computadora y empecé a leer.

No voy a negar que el libro me pareció interesante, logró su cometido, que era enganchar a miles de personas a la historia, todos sabían quien era Edward, Bella, Jasper, como fue que Edward llega a Forks y demás aspectos de la novela.

Un día, mientras ojeaba las tapas del 2do y 3er libro de la saga del amor de Edward y Bella, leí una noticia que decía:

Crepúsculo será llevada al cine.

Mi sorpresa fue grande, ya imaginaba a Edward e incluso, me gustaba, un vampiro perfecto, sin remordimiento, es el equivalente al hombre perfecto para los mortales, pensé que había sido la mejor idea posible pasar este libro al cine, ayudaría mucho a difundir nuevamente la onda sobre los vampiros en el cine.

Así que esperé la película con ansias.

Besos.

Adiós

*Stephanie Meyer dijo que su mayor inspiración para el libro fue Shakespeare: Romeo y Julieta y que, a diferencia de lo que todos pensábamos, no sé inspiró en ningún libro de vampiros previo al suyo y no es de su completo agrado la literatura de Anne Rice por lo cual no la usó de referencia.

jueves, 1 de enero de 2009

¿Qué yo qué?

He decidido no ir a comprar ropa por un buen tiempo...


¿Porqué?

Empecemos por dejar claro algo:

Sé un poco de moda.


Sé quien es Donatella Versace, Oscar de la Renta, Vera Wang, Jimmy Choo y demás diseñadores famosos.


Sé que colores combinan, que prenda te hace ver mejor, que accesorios son mejores.


Sé sobre tipos de tela y colores.


Pero nunca le he puesto mucho empeño a mi propia apariencia, desde pequeña para mí lo importante fue estar cómoda, los vestidos floreados que mi mamá me ponía desde mi primer año de vida entorpecían tareas como escalar cajones para llegar a las cosas que tomaba para luego lanzar por la ventana.

Innumerables fueron las ocasiones en las cuales mis medias cubanas con bobos y ballerinas de charol negro reluciente se ensuciaban de barro, pasta dental, talco y cualquier otra sustancia que estuviera a disposción de mis experimentos.

Al crecer, el bluejean fue la principal pieza de mi ropa, siendo reemplazado en un momento de confusión por pantalones anchos de deporte, poleras con capucha, zapatillas Nike y mis 50 gorras deportivas de los Yankees de Nueva York... Si, yo era Missy Elliot.

Gracias al cielo, la etapa de hip-hop duró muy poco y regresé a los jeans, polos y zapatillas que tan útiles me resultaban.



Nunca usaba vestidos, cuando tenía 14 años y 11 meses recordé que al cumplir 15 años debería usar vestido para mi fiesta.

No me emocionaba mucho ¿Qué tiene de interesante la moda? me preguntaba constantemente, ¿Qué tiene de bueno usar vestido?.


Nada, mi madre fue en secreto a elegir mi vestido, le hizo un par de arreglos y el día de mi cumpleaños... lo vi.


Un hermoso vestido color verde claro tipo sirena del cual me enamoré, lo usé todo el día, incluso mi acompañante (ya, chambelán, a quien por cierto volví a ver hacer poco y me alegró mucho verlo, ya contaré eso en otro momento) me preguntó el color del vestido para que su corbata pudiera combinar con mi vestido y lo hizo, lindo detalle.



Bueno, desde mi fiesta de 15 años, cambiaron mis gustos (algunos para mal) la etapa más complicada de mi vida llegó, duró 2 años y en esos dos años empecé a "Cosmopolizarme".


¿Qué quiere decir? Que empecé a leer Cosmo (duh!) y a interesarme en temas de moda, veía uno que otro desfile de modas, veía si algún vestido en alguna tienda limeña se parecía a los que veía en el Fashion Week.

Actualmente es un hobbie, un gusto el ir de compras y saber que prenda usó tal modelo en qué pasarela o ver si aún venden esa blusa de la temporada pasada que quisiste y no compraste y hace poco una persona asesinó sin compasión alguna ese gusto, al menos por un tiempo.

Increíble como un comentario te puede mover la mente al punto de no entender una simple frase.

Hace 2 semanas fui de compras y mi hermana me hizo un comentario que me dejó algo pensativa:

-"Toda la ropa que compras parece para embarazada"-

¿A qué se refería con eso?





Pues a las blusas y vestidos Joss Stonescos (mire la foto de arriba) son vestidos y blusas "hippies" anchas que sólo son ajustados hasta debajo de la línea del busto y luego son sueltas, como de embarazada, pero no fue ese comentario el que me mató el gustó por la moda.


Nunca noté que la ropa que usaba tenía algo de "maternal" pero en fin, obviando el comentario de mi hermana seguimos comprando.

Llegamos a la siguiente tienda dónde pregunté por un vestido parecido al de la fotografía líneas abajo.Tomé el vestido y sosteniendo el gancho del que estaba colgado lo observé unos segundos, me gustaba, así que decidí probarmelo.

En el probador, me puse el vestido y salí del vestidor con el vestido puesto para escuchar la opinion de mi hermana, quien me tiene una paciencia de ángel al momento de comprar ropa, me miró al espejo y digo en voz alta:

-"¿Qué tal?"-

-"Hippie... te queda bien, no me gusta....pero repito... te queda bien"-

Eso era una opinión sincera, mi hermana se rie y se aleja para buscar algo para ella, mientras me observo en el espejo unos segundos más y se acerca la vendedora me mira y me dice:

-"Se ve muy bien... ¿Hace cuánto se operó?"-

No entendí la pregunta, ¿Sabría esta mujer que me rompí la clavícula? ¿Porqué me preguntaba eso?

-"¿Perdón?"-

Le respondí.

-"Le queda muy bien el vestido, claro, cuando te operas los senos la ropa te queda mejor automáticamente... le recomiendo que se lleve el vestido señorita"-

No estaba muy segura si debía golpearla o reirme.

-"¿Cree que me operado los senos?"-

Dije sonriendo sin dejar de mirarla en el espejo.

-"¿Qué no se ha operado? Ay disculpeme! Es que parece..."-

La vendedora se puso roja, yo me reí mientras regresaba al probador con ganas de matar a la mujer. Me puse la ropa y salí del probador, confundida todavía, sin saber si había sido eso un cumplido o un insulto, me acerqué donde ella y le devuelvo el vestido diciéndole:

-"Gracias, pero estoy buscando otro tipo de vestido"-

La mujer me mira de abajo hacía arriba pues soy varios centímetros más alta que ella y me dijo:

-"Ay que verguenza, es que hubiera jurado que usted se había operado los senos..."-

Sonriendo forzadamente, busco a mi hermana y salgo de la tienda...

miércoles, 31 de diciembre de 2008

Año nuevo

Juana Olazábal (Creadora de La Cartera Rosa) y Fernando Olazábal ( Encargado de asuntos importantes respecto al blog)
Y por supuesto: La Cartera Rosa

Desea

Que pasen un...


FELIZ AÑO NUEVO!
Besos
Bye